Mañana de domingo, frío, niebla, campo de tierra, un buen equipo enfrente que en la ida nos había ganado por 0-2… todo eso superó nuestro equipo para obtener una holgada victoria por 0-5.
Tiene
mucho mérito y habla muy bien del compromiso de la plantilla que nos
presentáramos en estas difíciles condiciones con 17 jugadores cuando el equipo
local no fue capaz de convocar nada más que a 10, circunstancia que, a la
postre, resultaría fundamental.
El
planteamiento inicial del equipo, con tres centrales y dos laterales de largo
recorrido, permitió que el partido estuviese controlado en los minutos
iniciales. Ellos, con diez recordemos, no se atrevían a descuidar la defensa y
nosotros resolvíamos su ataque en inferioridad con facilidad y contundencia.
Nuestro
mediocampo, con Yago a la manija, daba apoyos constantes para permitir la
salida del balón hacía las bandas. Ensanchar el campo ante un equipo con diez
era, sin duda, el mejor plan y así llegó el primer gol: centro perfecto de John
al primer toque que empuja Carballo en línea de gol. Poco después llegó el
segundo; gol de Marcos que desde el semicírculo del área envió un globo que
bajó con nieve y acabó entrando por el centro de la portería.
En esta
primera parte, aunque ellos tuviesen más posesión y se jugase casi todo el
tiempo en nuestro campo, no llegaron a crear ocasiones de peligro. Muy juntito
el equipo, muy coordinada la defensa y un Álex dando seguridad en todo momento
consiguieron que sus únicas oportunidades fueran por faltas próximas al área.
En la
segunda parte el equipo demostró paciencia y experiencia. Con un 0-2 y el paso
de los minutos todo era cuestión de no tener prisa y tener claro que las
ocasiones llegarían.
Hasta
que llegaron nuestras oportunidades Álex, Rubén, que dejó a Muelle
desaparecido, y el resto de la defensa mantuvo al equipo con tranquilidad y
suficiencia. Una vez que estábamos firmes atrás los goles fueron cayendo: 0-3,
penalti a Carba que transforma Germán, 0-4 Carba en contrataque tras evitar una
entrada criminal del portero, 0-5 Javi tras otra contra.
Cada
partido es un mundo y es imposible hacer un planteamiento ideal ya que
cualquier circunstancia, accidente o situación puede variar lo inicialmente
pensado. En este partido nos encontramos con circunstancias especiales
imposibles de prever y el míster y el equipo fueron capaces de adaptarse a
ellas. Más que eso, la lectura que se hizo desde el banquillo y desde el campo
permitió una clara victoria ante un rival que, aún mermado, era de dificultad
máxima.
Como
conclusión, todas las armas son válidas para obtener la victoria y nosotros
tenemos la posibilidad de ofrecer muchas variantes para conseguirla. El equipo
y el míster no deben conformarse; el objetivo tiene que ser luchar por intentar estar entre los
seis mejores equipos de esta liga.
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